martes, 22 de junio de 2010

De hijos de puta y otros menesteres

¿Quién no ha puesto alguna vez un hijo de la gran puta en su vida?

Yo he puesto varios. Pero este último, vino solo... Sin querelo, deshaciéndome de él una y otra vez.
El anterior hijo de puta terminó por ser un adicto a las páginas de contactos en las que pagaba por ver fotos de otras chicas.
El que le precede, era un adicto a la cocaína pero su hijoputez fue tan buena que no me dí cuenta hasta un año después...
Y de los anteriories hijos de puta, ya no me acuerdo.

Por que los hijos de puta son muy variopintos, bastante camaleónicos diría yo.
Este en concreto venía vestido de madurito enamorado. Un año enamorado de la que escribe.
Un amor que me asustaba tremendamente y que me ofrecía practicamente desde el primer mes que se materializó en forma de hombre.
El hijo de puta se materializó, si.
Y parecía ser un hombre cansado de estar solo con tremendas ganas de casarse, tener hijos, regalar flores, hacer viajes y llorar en mi hombro una y otra vez por tener la sensación constante de perderme.

Un hijo de puta, que se pasaba el día mándando sms, e-mails o cualquier contacto vía telefónica, telemática o su puta madre. El mismo hijo de puta al que he rechazado una y otra vez, con el que yo no quería ningún tipo de compromiso y del que he tenido que soportar un supuesto sufrimiento por toda mi frialdad hacia el.

En el día de hoy, he recibido un trillón de e-mails de la novia del hijo de puta, y es que, el hijo de puta salía con alguien desde hacía 3 años. Una novia enamorada que me advierte de lo hijo de puta que es su novio y que me cuenta como en su tercer aniversario no hubo un sólo beso de felicitación, una tía que se lamenta por que el día de mi cumpleaños yo sí recibí mi regalo. Una absurda gilipollas que aguanta al hijo de puta aún sabiendo que se acostaba conmigo.

No le he podido partir la cara, por que el hijo de puta ha dejado de dar señales de vida en el mismo momento en el que le he mencionado el nombre de su "novia". Pero con ganas me quedo.

Lo dicho, un hijo de puta y una tonta... amor de por vida. ¡Qué os dure! Pero dejadme en paz o me voy a poner a repartir hostias a diestro y siniesto. ¿ok?

No me toquéis las narices.

10 comentarios:

Juan Luis G. dijo...

Hola Laura.

Desde luego que maneras y ganas de complicarse la vida (la suya y la de los demás) tienen algunos...

Besos.

supersalvajuan dijo...

No tomes disgustos.

Anónimo dijo...

Yo pasaba simplemente por aquí, espero no recibir ninguna "yoya"....

Un beso.

Anele dijo...

Yo insisto.
De todo se aprende.
;)

Así poseida estas guapa..y yo estoy segura que a todos les gustas sonriente y esplendida ¡¡Cómo sin duda eres!!

Un beso tía que les den por el culo.

Anele dijo...

Qué no estás guapa...quiero decir...
ainssssssssss

alfonso dijo...

joder chica, si que los escoges bien.
un beso fuerte

Anónimo dijo...

Joé, y un año sin que ninguna de las dos se diese cuenta... si que se lo hizo fino el chico! capullo!!!
Besitoss!

delgaducho dijo...

Dios mio... es una entrada absolutamente terapéutica, de esas que te hacen sentir mejor al terminar...
De hijos de puta esta el mundo lleno, dificilmente no topar con alguno, lamento que te haya ocurrido a ti.

Mal bicho dijo...

A diestro y siniestro? A José Tomás y a Marilyn Manson?

Mario dijo...

Vamos, hacía tiempo que no venía por aquí... y alguna hostia me he llevado. No sé si para mí, o para repartirla a quien convenga... Puedo guardármela y acordarme de tus letras cortantes, quemante y hostiantes cuando lo necesite.

En fin, tienes razón... los hijos de puta, por mal y para peor, no son precisamente una especie en extinción. Lástima, porque romperíamos la veda...

Un saludo.

Mario