A pesar de no ser este un blog demasiado informativo a excepción de algunos detalles expuestos de la vida cotidiana de una servidora, me encantaría compartir con vosotros un lugar estupendo que he descubierto este fin de semana.
Un lugar preparado absolutamente para enamorarse, para reencontrarse, para besarse en cada rincón, para acurrucarse aprovechando cualquier momento.
Un lugar preparado absolutamente para enamorarse, para reencontrarse, para besarse en cada rincón, para acurrucarse aprovechando cualquier momento.
El sitio en cuestión es Sella, un lugar en la marina baja de Alicante. Se encuentra a unos 15 km de Villajoiosa y cuando llegamos a el descubrimos que es un pueblo infinitamente pequeño, con calles laberínticas e imposibles y con 700 habitantes.
Lo mejor de Sella, las casitas para alquilar. En este caso, y siendo objeto de comentario la casa que he descubierto es "La Casa Verda".
La Casa Verde es un claro ejemplo de mini-casita rural, con clara influencia árabe, decorada con miles de detalles tales como inciensos, velas y demás. Se desmarca con una estupenda (e incómoda, todo hay que decirlo) cama de agua con dosel incorporado. Lo mejor de la casa es sin duda el baño, que no es mas que un instrumento excepcional para dejar aflorar la imaginación y sus mil y una posibilidades.
En fin, un lugar dedicado al "amor". Un picadero, en toda regla.
La compañía, los suspiros, las caricias, los paseos y las manos hacen aún más especial este lugar que ayuda sobre todo a derrumbar muros, a levantar la vista y a sonreir, a sonreirte.